miércoles, 13 de enero de 2010

Emilce Strucchi-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010



La paridora ¿será una fémina bestial?

La paridora ¿será una fémina bestial?
¿o una linda matrona que amanece?

Fámula de lenguaje
lúbrico, escurridizo
ya no tienes recato.

Ni qué decir del pozo para palabras pozo
ni qué decir de duelos o de lenguas.
Ninguna novedad
más allá de la acritud de la vida.

La nacedora desde sí

¿será una mujer carente o sensual
que puede todo y nada al mismo tiempo
así como la Kahlo fue pintada por su espejo del cuarto?
¿Será acaso la idea
o esa dama de carne?

Ella jamás va a darse cuenta
así que no me importa la desesperación
o encerradura en un placard
para espiar al mundo
y por qué no a la misma Frida
meciéndose en su espera,
deconstruyendo imágenes
de un enajenamiento
de tantos enajenamientos
que existen hasta en las virtudes.

Luchar por un lenguaje
que cuerpo a cuerpo a cuerpo se resiste
¿es una afirmación exagerada?

Tal vez haga falta dragar, hurgando y curioseando:
la paridora bien pudiera ser
quien
a tracción de sangre
desmorona un amor que no será capaz
de declarar posible.

Habrá que acostumbrarse: nunca
nadie
responde.
Después de todo
ambicionar un hijo (únicamente del deseo)
es la renuncia sobredicha.

Entonces
nuestra nacedora

¿es la que se prodiga y se arrepiente-dentro de su clausura-,
del odio o del amor que van despedazándole
que van demorándole la única certeza permitida?

¿Serán uno y lo mismo:
la posibilidad y su derrota?

¡No digan que sucederá
semejante tragedia!
si todos nos iremos a Morir
arrastrando
demasiadas preguntas.

Pero...
¿dónde
puse los signos?
¿Dónde?
¿En cuál bruma los puse?
¡¿Es que nunca se detendrá?!

¿Nunca se detendrá
esta libertina?

De PALABRAS POZO. Historia de apasionadas, de próxima edición



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