sábado, 15 de mayo de 2010

Ana María Díaz Velo-Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2010


Desnudándose

Una línea de copas amarillas
en la quietud de mayo.
Una calle soleada que se alarga
                              y el silencio a las diez.
Eso es todo,
el otoño que invita en la mañana tibia
y nos lleva en su carro de papel.
Nos despide del mar
y la impiedad del sol.
Nos anuncia los fríos venideros,
las medias, el abrigo.
Nos regala el último baile de una hoja
y el rito del fuego con su perfume atávico.
Nos transporta en el viento a los recuerdos,
                               nos mece...
Y adormece                            
en un necesario sueño ocre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso poema Ana María!!!

Besitosss Jóse