viernes, 24 de septiembre de 2010

Lilia Elena Durand-Buenos Aires, Argentina/Septiembre de 2010

Menta y albahaca

Mi pueblo
y sus veredas de ladrillos flojos
            trastabillo
           de pasos descuidados
calles de tierra y yuyos
           holladas de pezuñas
caminos que transitan destinos siempre iguales
  
niños   
chapoteando escondidas
           pies descalzos en la Rayuela
   (no hace falta calzado para llegar al cielo)
y         allá lejos
la sombra bamboleante de algún borracho
           peleándole al apero de su matungo

la noche
          y con ella
          el mate cocido y el pan casero
susurro entre las sábanas
y el ramito de lavanda bajo la almohada

una guitarra
          monta la brisa fresca
          serenata enamorada
          aleteando el sueño de alguna niña

calles    
          llorando polvo
          tras el tumbero
          que lleva lento al abuelo viejo
     (primer misterio no develado)
 ¡Silencio! 
      (los niños no entienden)

callecita escondida
en ese ajedrez pretencioso
donde el hambre iguala
         peones y reyes
y yo aquí     de espaldas al barro
          caldera el pecho

Menta y albahaca

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LIlia que hermosura de poema,

esa ternura de pueblo, en tus palabras, recorro esas calles disfrutando de Albahaca y Menta

Besossss Jóse

Anónimo dijo...

MENTA Y ALBAHACA, BUENÍSMO, FELICITACIONES
UN ABRAZO