lunes, 21 de marzo de 2011

Maximiliano López (artículo periodístico)-Buenos Aires, Argentina/Marzo de 2011

Orson Welles o el eclecticismo disruptivo (variaciones sobre “El ciudadano Kane” y “Sed del mal”)

Orson Welles tuvo rasgos particulares que lo marcaron y aun marcan como un personaje sumamente influyente dentro de la historia del cine. Uno de ellos fue el de ser en muchas de sus películas director y actor al mismo tiempo. No todas los que integran el mundo del cine pueden jactarse de ello. La característica de este director fue, quizás, esa obsesión de controlar todas las variables para que ningún aspecto de sus proyectos se estropee a causa de cualquier imprevisibilidad. En esta ocasión enfatizaremos su faceta de realizador y en las características mas importantes que poseía desempeñándose dentro de ese rol. Todo esto en un marco de  análisis de sus dos películas que causaron mayor impacto en el publico; “Citizen Kane” (1941) y “Touch of evil” (1958).

 Tanto en una como en otra de estas películas, Orson Welles dio rienda suelta a su arsenal de recursos técnicos y estéticos habientes en su background cinematográfico así como en el escaso margen de recursos económicos y de infraestructura con los que contaba. El no aportó en si ninguna innovación en el lenguaje visual, lo que logro con éxito fue el uso de todas las técnicas cinematográficas existentes con resultados positivos. Sin caer en el vaciamiento de contenido de sus películas.

 Sin embargo, dentro de la mezcolanza de recursos reforzadores del lenguaje cinematográfico, su estilo tuvo en si un norte atraído por la estética barroca. Esta, claro, matizada por la atmosfera ‘noir’ que predominaba en el entonces nuevo cine estadounidense que llegaba para desbancar a las grandes producciones del mainstream fílmico de la época.

 Una de las muestras de la sugestión de Welles por lo barroco radica en las características de los personajes femeninos que aparecen en sus películas, que se presentan en escena con cierta belleza misteriosa y/o tímida y cuyas personalidades, todas ellas con accionar propio y emancipador, van tomando intensidad con el pasar de la trama, a diferencia de ciertos “prototipos” machistas y pasivas doncellas hollywoodenses.

  Otro punto de barroquismo se encuentra en como se representan las escenas del filme, en donde aparece la importancia del realizador al momento de hacer el manejo de cámara. Llenos de largas secuencias intervenidas por los personajes en cuestión. En las cuales se puede apreciar la enfatización estética de mostrar de la forma mas equitativa y heterodoxa posible (en relación a las técnicas a las que el director acude) todo lo que sucede en cualquiera de sus tomas.

 Las películas de Orson Welles, en su mayoría, tocaban temáticas ligadas al poder así como los sentimientos y conductas que este hace emanar desde la parte más oscura de la naturaleza humana. “Citizen Kane” y “Touch of evil” no fueron la excepción a la regla; Una se mete en el entramado de negocios, intereses y fortunas del Sr Kane, un burgués de la vieja escuela, mientras que el otro film hace foco en la policía. En los manejos y métodos turbios de esta sobre los cuales basaba su autoridad en un pueblo situado en la frontera entre México y EEUU.

 El cine del norteamericano cuenta con elementos disruptivos no solo en el aspecto de la técnica sino también en el aspecto de la trama. Welles fue un director de dejó una pauta personal a la hora de dirigir películas, las cuales, a pesar de ese tinte personalista, pudieron ser reformuladas y/o resignificadas hasta el presente.

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