sábado, 23 de abril de 2011

Stella Maris Taboro-Buenos Äires, Argentina/Abril de 2011





    A comienzos de los tiempos prehistóricos ,existían dos tribus que habitaban en profundas cavernas ubicadas en montañas que se destacaban de  todas las demás .
    Una de ella había reunido a su gente en la enorme caverna de la montaña plateada, la otra , algo distante , estaba en las profundidades de la montaña roja, era esta tribu , de costumbres muy diferentes.
      En las noches de luna llena , de la montaña roja salían dragones enfurecidos que llegaban hasta las nubes y desde allí bajaban bramando en la oscuridad .
   Esto asustó tanto a la tribu de la montaña plateada que sus habitantes decidieron pensar y planear qué harían en la próxima luna llena.
Así ocurrió . Cuando la primera luna llena de enero asomaba y antes que los dragones se manifiesten, desde la montaña plateada  lanzaron brillantes luces que quebraban el cielo . Pero a estas líneas que corrían iluminadas relampagueando, no siguió el silencio porque respondieron los dragones con sus bramidos.
Las tribus de las dos montañas , preocupada por lo vivido, decidieron reunirse para acordar el modo de calmar esas manifestaciones. También asistieron los dragones y las luces estridentes .
Luego de conversar , pretendiendo acordar , y luego de muchas horas no hubo acuerdos plenos. Sólo se logró algo: únicamente  se manifestarían a veces, solamente cuando la tierra muy  sedienta , reclamase la lluvia.
   Entonces allí una luz enceguecedora , correría entre las nubes y suelo, haciendo un camino quebrado, ramificado  e iluminado y seguidamente los dragones lanzarían sus bramidos ,y su tronar harían temblar las   ventanas y puertas.
Los relámpagos provocarían miedos y actuarían sin límites , previniendo a todos que tras ellos llegarían los truenos.
Por siempre estuvieron asociados  .Ya lejos de  aquellas  montañas , buscaron las cordilleras de nubes para esconderse y  expresarse  como la  luz más potente  y el sonido más rugiente sobre la tierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustó mucho, como tu palabra como la luz mas potente se manifiesta
Anahí Duzevich Bezoz