sábado, 25 de junio de 2011

Goñi Capurro y Juan Carlos Vecchi-Olavarría, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Junio de 2011



DIOS HACE SU JUGADA

Un árbol sin abrigo
se estira en la ladera
de la sierra,
levanta su sombrero de invierno
con un brazo de hueso y miel.

Los pajonales, entre las piedras,
cobijan la ponzoña
en sus tallos destroncados.

Dios hace su jugada
y suelta lágrima, abre estrofa:
vuela savia nueva y
mariposas de la nada
sacrifican alas, abren camino
embistiendo las telarañas
del olvido.

El sol asiente, y sin preámbulos,
hace mutis por el foro.

Ya nadie duda que las sombras
trabajan para la noche.

1 comentario:

Viviana miquelarena dijo...

Qué buen poema!Dios siempre hace su jugada y lo importante es aceptarla nos guste o no y hacer como hace el sol.
Abrazo