miércoles, 20 de noviembre de 2013

Marta Susana Díaz-Buenos Aires, Argentina/Noviembre de 2013

CON LAS MANOS ATADAS


Solo. Estoy solo. No se oye ningún ruido, ni voces, ni murmullos.
Tengo los pies atados y  las manos anudadas a la espalda con la misma soga gruesa.
La cabeza metida dentro de una capucha.
Creo que se fueron. Quizás pueda soltarme.
Me deslizo como un reptil y arrastro la cabeza de costado  repetidas veces por el cemento.
Trato de lograr que la capucha se vaya para atrás.
Con varios empujones lo logro.
Me duele mucho el cuello y debo tener el brazo roto porque es una sensación que no conozco.
Miro al infinito tratando de recuperar fuerzas y salir del aturdimiento.
Es un galpón enorme, semi oscuro. Los techos de chapa no tienen fin.
Altos soportes de hierro se extienden a lo largo hasta donde me llega la visión.
Da la impresión de ser un depósito abandonado.
Eso es lo primero que puedo ver.
No se donde estoy ni si voy a salir vivo.
Ahora me tengo que ocupar de desatarme. Quizás haya alguna esperanza de huir.
La soga es gruesa. El cemento puede convertirse en  lija.
¡Es cuestión de darle nomás! ¡Cabrones! ¡No se van a salir con la suya!
Me duele mucho el brazo pero igual debo hacerlo. Puede ser mi salvación.
Me metieron en un coche. No los conozco. Deben ser parte de la banda del mejicano.
Me retorcieron los brazos hasta hacerlos crujir.
No pude resistirme. Insisten en que les diga donde está parte del botín.
¿Se lo habrán creído?
 Les dije:    - El gomón… Cuando íbamos en el gomón… Metí la bolsa entre mis ropas y al salir por la alcantarilla la escondí dentro de un árbol enorme con un hueco en la parte de abajo. No volví a buscarlo por miedo a la cana.
-          Si nos estás mintiendo, sos boleta - dijeron. Y partieron en la camioneta.
Menos mal que pude hacer el giro.
¡Que dura es esta soga de mierda! ¡No podré romperla!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Terrible y hermoso relato. Casi puedo sentir las sensaciones. Una pintura macabra, cruda y denunciante. Va otra felicitación de un ávido lector tuyo. Otro abrazo. Marcos.