domingo, 22 de junio de 2014

Héctor Labonia-Miramar, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Junio de 2014



    MEA CULPA


El hombre entró a la iglesia, tocó el agua bendita, se persignó y rápidamente se dirigió a un confesionario; se arrodilló y golpeó el ventanuco, esperó y volvió a golpear, nada sucedió y por eso se fue a sentar,- lo hizo en un banco cercano a mí-, pensativo, se arrodilló y comenzó a rezar.
Lo hacía con inusitada vehemencia, tanta que apretaba sus manos tan fuertemente, 
que enrojecieron, mientras rezaba algo que me pareció que era el “pésame” ,
porque se golpeaba el pecho, haciéndolo resonar.
Algunas palabras llegaban hasta a mí, como algo de un velador , y que él había prendido una luz –y en el momento que lo decía, oprimía sus ojos como queriendo  apagarla- y rezaba, mientras hablaba entrecortado , entre rezos y palabras, volvía a nombrar lo de la luz que había encendido y que al parecer le mostraba una escena sin sombras, totalmente iluminada, que no podía ocultarle nada, y volvía a apretar su párpados contra los ojos, como para omitir lo que veía.
Dejó de orar y murmuraba, que la culpa era de él , y ahí ,sí, decía el mea culpa, y se golpeaba el corazón.
De a poco comencé a dilucidar lo que le había pasado, por palabras que llegaban quedamente a mis oídos atentos y ansiosos de saber.
Resulta que el hombre en cuestión es casado, pero tiene una amante, que por una coincidencia, en una reunión de trabajo, debió presentársela a su esposa , como una compañera de labor de la compañía en que trabajaban, cosa         que no debió haber pasado, sino era que le había insistido a su mujer, en que lo acompañe, creyendo que la otra no iba a estar en esa reunión, pero estaba y la presentó.
Pasó el tiempo y nada, dio por terminado eso, y que su esposa no se había dado cuenta de nada, hasta volver a la escena del momento que él, prendió la luz de la habitación, que era su propio dormitorio y se encontró con su esposa y su amante completamente desnudas, haciendo el amor en la cama matrimonial.
Quedó hecho un trapo, y la única opción que tomó fue la de acudir a la iglesia a buscar en la oración, expiar su culpa por presentarlas y llegar a comprender como se había casado con una mujer que era bisexual, y de lo que no se pudo haber dado cuenta nunca, hasta ese instante, de las atracciones y gustos sexuales que ella tenía, y de la habilidad que demostraba para ocultar su doble vida… mejor que yo.
No tenía motivo para eso, pero pasó y ahora no sabía cómo comportarse y que decisión tomar, ante una situación incomprensible, porque tampoco le podía enrostrar nada a su esposa, sin delatar su situación de amante de esa misma mujer
que se encamaba con él y ahora también, con su esposa.
Me levanté del banco y silbando bajito-como se dice- me fui yendo, pensando en cómo iba a solucionar, el hombre, ese problema, él que engañaba y era engañado por su esposa, con su amante.
Ni Dios comprenderá esa situación increíble.
                                                                      
También puede suceder al revés, que el amante de una mujer se acueste con su esposo-

2 comentarios:

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Héctor: pobre "amante y esposo burlado". La vida puede darnos este revés. Un abrazo,

Héctor Labonia dijo...

es todo un revés.pero así son estos tiempos con la diversidad sexual que no es novedosa