martes, 24 de febrero de 2015

Luis Tulio Siburu-Argentina/Febrero de 2014



“No se fía”

Estaba desconsolada por la negativa de él. Daba vueltas y vueltas en la cama y no podía dormirme. Tenía que controlarme. Al fin y al cabo la que se había hecho exageradas ilusiones había sido yo. Mi reciente separación la había querido tapar rápìdamente con un nuevo amor y eso no es tarea fácil. Por mis propios sentimientos, ya que – como dicen los repitelugarescomunes – donde hubo fuego, cenizas quedan. Por los sentimientos de este muchacho, al que elegí vaya a saber porqué, si de apurada, de necesitada, por simpatía, su aparente interés en mi persona, o capaz que me estaba enamorando de vuelta….pero…¿ y él ? quien era yo para obligarlo a mirarme, a invitarme  a salir, a gustarle mi sonrisa o mi figura, aunque soy bonita, si obviamos que ahora estoy un poco mas gordita y además debo usar aparatos auditivos por una incipiente sordera, salvo eso nada más…ya sé que no soy la morocha, la mas agraciada, la mas renombrada de esta cuadra, pero tampoco nadie puede decir que soy fiera, que camino a lo malevo, que soy chueca y que me muevo, con un aire compadrón. Pero…qué se yo, el rubio me mira todos los días con esos ojos almendra que te envuelven ¿viste?...te besan, te desnudan. Y una, que no es de fierro, fui entrando despacito y de vegetariana pasé a ser carnívora y entonces cada día me invento un corte diferente; que la tortuguita, el ojo de bife del medio si es posible, el peceto bien desgrasado, los chorizos bombón, por favor la paleta sin hueso y de a poco la media res se me iba acabando y nada, nada, como si yo no existiera, una más entre las jubiladas o abuelas o maduras sin sal o jovencitas sin pimienta. Y mi invitación no aceptada a tomar un café. Por eso mañana tomaré otra actitud…ya está decidido…ahora a dormirme.

En la carnicería había mucha gente. Yo distraída, sin mirarlo. Me llamó la atención las señoras  calladas, malhumoradas. Era la última, nadie entró después. Cuando tocó mi turno le digo a Ricardo…¿ qué pasa ?. Me miró haciendo un gesto hacia la que salía, agregando… “quien las entiende… ayer les avisé – como a usted - que el patrón había prohibido las libretitas para anotar con tapas de hule negro y me dijo que informara que desde esta semana no se fía”….  

Tiré la bolsa de red al suelo, rodeé el mostrador de mármol con vetas de sangre, patiné en el piso húmedo de madera tipo pallet y caí sin querer queriendo en los brazos del rubio con aroma mezcla de Blue Seduction Banderas y contagio de Mataderos , que me atajó con un “disculpe, no es necesario tanto apuro, ya le alcanzo el paquete, espere que lo pese”…No te preocupes…atiné a exclamar…pago lo que vos digas…¿ Sabés que ayer te entendí …no Sofía ?.

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