miércoles, 21 de octubre de 2015

Beatriz Bianchetti-Mar del Plata, Argentina/Octubre de 2015



                                  Bruma de ajenjo y miel



Una niebla fría llega desde el mar y atraviesa mi alma.
Los recuerdos me invaden y trasmutan mis ojos, cuencas tristes, vacías y húmedas. Muevo la cabeza con lentitud, sonrío. No todo es amargo.
Regreso a la infancia. A mi patio. Mi padre me abraza y me besa, feliz. La  parra y  la higuera aplastan mi angustia. La hamaca  me eleva hacia el sol que ilumina la vida.
Tropiezos y llantos se mezclan con risas largas. Acordes de magia endulzan mi boca y mis dedos. El piano…, a cuatro manos, amistad caprichosa a través de la música.
Sueños jóvenes de palabras al viento. Deseos de conocer la vida y sus cosas. Libros y sueños. Flores y lágrimas.
Ladrillos viejos, juegos  al calor de una lámpara.
Princesas y ranas. No todo es amargo.

 Entonces:
 ¡Llévame a ver de nuevo mi casa, niebla fría que vienes del mar!

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