jueves, 21 de abril de 2016

Oscar Andrés Torres-Zipaquirá, Colombia/Abril de 2016



 Circunnavegante 


Zarpa a deshoras
con mal tiempo y con la templanza de vivir
la meta es una sola
regresar

Solitario
se abandona a su fuerza
a la experiencia de un mar anterior
conoce el peligro
sabe de él
pero no sabe que le depara cada ola

Construye la bitácora con el sudor
de un mediodía tropical
con las ampollas del arrastre de las sogas
con la impaciencia de un horizonte gris

Se mide con el mar
y el grito de las velas le anuncia la llegada del viento

El océano del sur le desgasta
la perplejidad se convierte en miedo
y los muros cristalinos
levantados junto a su catamarán
le convocan el presagio inapelable del astuto Poseidón

La calma y la violencia se reúnen a destiempo
y una milla recorrida es un halito de fe

Le confía sus temores a los peces
con el susurro de la lluvia pasajera llora
revela sus pecados a la tormenta nocturna
y junto a un amanecer cálido
desnudo
se inyecta de alegría

El regreso no está cerca
¡Cabo de Hornos! ¡Cabo de Hornos!
su esplendor le tranquiliza
y grabado en su memoria lo recrea cada cuando
al son de una champaña escondida en su garganta

Su viaje se extiende
ha fraguado ahora un viejo catamarán interior 
 y concediéndose la paz del fondo oceánico
accede a no confiar su tranquilidad a la multitud
multitud expectante
disfrazada
ambiciosa mul ti tud
 

La mañana revela cercanía
está a punto
los instrumentos marcan
familia
ajetreo
 

Corrige el rumbo
no más mul ti tud
su hogar es él mismo
está de regreso a la voluntad del cielo y del océano

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué poema tan bello!!! Dan ganas de arriesgarse a conocer el mundo sin importar las dificultades que se puedan encontrar el el camino. Felicitaciones al autor!!!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.